Pequeños grandes momentos de gratitud.
Lunes: la atención y compasión de un par de oídos en un momento de confusión.
Martes: un par de zapatos secos y calientitos por la mañana para mi viaje en bici hacia el trabajo.
Miércoles: el honor de compartir mi pasión.
Jueves: el espíritu juguetón de un desconocido que me alegró el camino de vuelta a casa.
Nada más bello que una buena risa imprevista en medio de lo cotidiano.
Gracias